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La tabla rasa Parte 5 ─La ciencia que estudia los genes

Updated: Sep 1, 2022


"Muchos estudios han confirmado que los gemelos idénticos son extrañamente parecidos en casi todos los rasgos que pueden medirse (aunque no completamente idénticos). Demuestran niveles similares de inteligencia, habilidad verbal, matemática, incluso nivel de satisfacción con su vida. Tienen rasgos parecidos de personalidad tales como el grado de introversión, simpatía, neuroticismo, escrupulosidad, y el estar abiertos a nuevas experiencias. Tienen las mismas actitudes hacia temas controversiales como la pena de muerte, la religión, y la música. Los psicólogos han descubierto que nuestras personalidades difieren en cinco dimensiones principales: todos somos en diferente grado introvertidos o extrovertidos, neuróticos o estables, curiosos o cerrados a las nuevas experiencias, afables o antagonistas, metódicos o desorganizados. Y todas las cinco dimensiones son heredables, con un 40 o 50 por ciento de la variación en una población típica causada debido a los genes. Por lo tanto, el pobre infeliz que es introvertido, neurótico, cerrado, egoísta y sin dirección, probablemente es así debido en gran parte a sus genes. Además, estudio tras estudio ha demostrado que una disposición para cometer actos antisociales, incluyendo el mentir, robar, empezar peleas, y destruir propiedad, es también parcialmente heredable. Y las personas que cometen actos verdaderamente atroces son frecuentemente diagnosticadas como psicópatas. La mayoría de los psicópatas muestran señales desde la infancia y son incapaces de sentir empatía o remordimiento, usualmente a pesar de tener familias normales y de los mejores esfuerzos de los padres para educarlos. La mayoría de los expertos en el estudio de este fenómeno creen que se debe a una predisposición genética, aunque en algunos casos pudiera provenir de un daño cerebral temprano. En cualquier caso, la genética y la neurociencia están demostrando que un corazón despiadado no siempre puede atribuirse exclusivamente a la educación dada por los padres o a la sociedad. Los genes tampoco concuerdan con el mito del fantasma autónomo (el espíritu o alma) que habita en la máquina (el cuerpo humano) y que navega el mundo enfrentando una infinidad de posibilidades a cada momento. Por ejemplo, imagina que un día tienes dificultades para tomar una decisión ─cuál carrera estudiar, si casarte o no, cómo votar, cómo vestir. Finalmente tomaste una decisión, cuando en ese momento, suena el teléfono. Es tu gemelo idéntico que no sabías que tenías. Durante la feliz conversación te enteras de que ha escogido una carrera similar, que se casó alrededor de la misma edad que tú, que han votado por el mismo candidato, y que viste una camisa del mismo tipo y color ─justo y como los genetistas del comportamiento lo hubieran predicho. ¿Cuánta discreción tuviste “tú” realmente al tomar todas esas decisiones, si el resultado pudo haber sido pronosticado desde antes, al menos probabilísticamente hablando, con base en eventos que sucedieron en el útero de tu madre hace décadas?" (Steven Pinker, 2016)


A continuación, un extracto del libro The Blank Slate




Capítulo 3. El ultimo muro en caer


─Extracto


Existe un muro en el panorama del conocimiento que los científicos del siglo veinte que estudian los fenómenos sociales cuidaron con recelo. Divide a la materia de la mente, lo material de lo espiritual, lo físico de lo mental, la biología de la cultura, la naturaleza de la sociedad, la ciencia de las ciencias sociales, las humanidades, y las artes. Pero este muro se está derrumbando gracias a ideas nuevas que han surgido de cuatro áreas del conocimiento que están alcanzando un nuevo entendimiento de la naturaleza humana:


· La ciencia que estudia la mente

· La ciencia que estudia el cerebro

· La ciencia de los genes

· La ciencia de la evolución


La ciencia que estudia los genes

El puente entre lo biológico y lo mental es la genética del comportamiento, el estudio de cómo los genes afectan el comportamiento. Todo el potencial para el pensamiento, el aprendizaje, y el sentir, que distingue a los humanos de otros animales se encuentra en la información contenida en el ADN del ovulo fertilizado. Esto es más obvio cuando comparamos a diferentes especies. Pequeñas diferencias en los genes pueden crear grandes diferencias en el comportamiento. Pueden afectar el tamaño y la forma de las diferentes partes del cerebro, el cableado, y la nanotecnología que libera, amarra, y recicla hormonas y neurotransmisores. Los genes no solo nos empujan hacia condiciones excepcionales de funcionamiento mental, sino que nos esparcen a través de un rango normal, lo cual produce la mayoría de la variación en habilidad y temperamento que notamos en las personas a nuestro alrededor. Lo gemelos idénticos piensan y sienten de maneras tan similares que a veces sospechan que están conectados telepáticamente. Cuando son separados al nacer y reunidos como adultos, dicen que sienten que se han conocido toda la vida. Estudios han confirmado que los gemelos idénticos, separados al nacer o no, son extrañamente parecidos en casi todos los rasgos que puedan medirse (aunque no completamente idénticos). Demuestran niveles similares de inteligencia en general, habilidad verbal, matemática, nivel de satisfacción con su vida. Tienen rasgos similares de personalidad tales como introversión, simpatía, neuroticismo, escrupulosidad, y el estar abiertos a nuevas experiencias. Tienen las mismas actitudes hacia temas controversiales como la pena de muerte, la religión, y la música. Se parecen no solo en papel sino también en comportamientos de consecuencia en sus vidas tales como las apuestas, el divorcio, el cometer crímenes, el estar involucrados en accidentes. Y tienen docenas de idiosincrasias compartidas como la costumbre de sonreír de manera incesante, dar respuestas demasiado complicadas a preguntas simples, etc. Los riscos y valles en sus encefalogramas son tan similares como los de una misma persona tomada en dos ocasiones diferentes, y las arrugas en sus cerebros y la distribución de la materia gris en su corteza cerebral también son similares.


Los efectos de las diferencias en los genes en las diferencias en las mentes pueden y han sido medidos, y el mismo efecto promedio (mucho más de cero, pero menos de cien por ciento) sobresale de los datos sin importar como se mida. Los gemelos idénticos son mucho más similares que los gemelos fraternos, sin importar si son criados juntos o separados; los hermanos biológicos, criados juntos o separados, son mucho más similares que los hermanos adoptivos. Muchas de estas conclusiones vienen de estudios masivos hechos en los países escandinavos donde los gobiernos guardan enormes bases de datos de sus ciudadanos. Los gemelos y la adopción son experimentos naturales que ofrecen una fuerte evidencia indirecta de que las diferencias en las mentes pueden provenir de diferencias en los genes. Recientemente los científicos de la genética han encontrado algunos de los genes que pueden causar esas diferencias. La mayoría de los rasgos psicológicos son el producto de muchos genes con efectos pequeños que se combinan y son modulados por la presencia de otros genes, y no son el producto de un solo gen con un efecto grande.


En el año 2001 la secuencia completa del genoma humano fue publicada, y esto trajo una habilidad poderosa de identificar genes y sus productos, incluyendo los que son activos en el cerebro. En las próximas décadas los científicos identificarán los genes que nos diferencian de los chimpancés, podrán inferir cuales de ellos fueron sujetos a la selección natural durante los millones de años que nuestros ancestros evolucionaron en humanos, identificarán cuales combinaciones se asocian con habilidades mentales normales, anormales o excepcionales, y empezarán a rastrear la cadena de causalidad en el desarrollo fetal mediante la cual los genes moldean el sistema cerebral que nos permite aprender, sentir y actuar. Las personas a veces temen el hecho de que, si los genes afectan la mente del todo, entonces deben determinar cada detalle. Eso es incorrecto por dos razones. La primera es que la mayoría de los efectos de los genes son probabilísticos. Los genetistas que estudian el comportamiento estiman que solo la mitad de la variación en los rasgos psicológicos se correlacionan con los genes. La segunda razón es que sus efectos pueden variar dependiendo del ambiente. Por ejemplo, diferentes tipos de plantas de maíz cultivadas en un mismo campo varían en tamaño debido a sus genes, pero el mismo tipo de planta cultivada en diferentes campos (con diferentes climas) pueden variar en tamaño debido al ambiente principalmente.


El significado de variación genética entre individuos normales debe se considerado con cuidado. Una diferencia innata entre las personas no es lo mismo que una naturaleza humana innata que es universal en la especie. El documentar las maneras en que la personas somos diferentes no revelará directamente cómo funciona la naturaleza humana, de la misma manera que documentar las diferencias entre los tipos de autos no revela cómo funcionan los motores de combustión interna. Sin embargo, la variación genética ciertamente tiene implicaciones para la naturaleza humana. Si existen muchas maneras para que la mente sea diferente genéticamente, entonces la mente debe tener muchas partes que son directamente influenciadas por los genes y que causan dicha variación. Además, cualquier concepción moderna de la naturaleza humana basada en la biología debe predecir que las facultades que conforman la naturaleza humana muestren una variación cuantitativa, aun cuando su diseño fundamental es universal. La selección natural depende de la variación genética, y aunque reduce esa variación al moldear a los organismos durante generaciones, nunca la elimina completamente.


La tabla rasa no es posible si diferentes genes hacen a la mente más o menos inteligente, articulada, aventurera, tímida, feliz, neurótica, abierta, introvertida, coordinada, o propensa a sumergir el pan tostado en el café. Para que los genes puedan afectar a la mente en todas estas maneras, la mente debe tener muchas partes y aspectos que los genes pueden afectar desde un principio. Aún más, muchos de los rasgos afectados por los genes no son necesariamente nobles. Los psicólogos han descubierto que nuestras personalidades difieren en cinco dimensiones principales: somos en diferentes grados introvertidos o extrovertidos, neuróticos o estables, curiosos o cerrados a las nuevas experiencias, afables o antagonistas, metódicos o sin dirección. Y todas las cinco dimensiones son heredables, con un 40 o 50 por ciento de la variación en una población típica causada debido a los genes. El pobre infeliz que es introvertido, neurótico, cerrado, egoísta y sin dirección, probablemente es así debido en gran parte a sus genes. No solo los temperamentos desagradables son heredables, sino también algunos comportamientos con consecuencias reales. Estudio tras estudio ha demostrado que una disposición para cometer actos antisociales, incluyendo el mentir, robar, empezar peleas, y destruir propiedad, es parcialmente heredable (aunque como todos los rasgos heredables, se emplea más en unos ambientes que en otros). Las personas que cometen actos verdaderamente atroces son frecuentemente diagnosticadas como psicópatas o personas con un desorden de personalidad antisocial. La mayoría de los psicópatas muestran señales desde la infancia y son incapaces de sentir empatía o remordimiento, usualmente a pesar de tener familias normales y de los mejores esfuerzos de los padres para educarlos. La mayoría de los expertos en el estudio de este fenómeno creen que se debe a una predisposición genética, aunque en algunos casos pudiera provenir de un daño cerebral temprano. En cualquier caso, la genética y la neurociencia están demostrando que un corazón cruel no siempre puede culparse en la educación dada por los padres o en la sociedad.


Los genes tampoco concuerdan con el mito del fantasma autónomo que habita en la máquina. Imagina que un día tienes dificultades para tomar una decisión ─cuál carrera estudiar, si casarte o no, cómo votar, cómo vestir. Finalmente tomaste una decisión cuando suena el teléfono. Es tu gemelo idéntico que no sabías que tenías. Durante la feliz conversación te enteras de que ha escogido una carrera similar, que se casó alrededor de la misma edad que tú, que han votado por el mismo candidato, y que viste una camisa del mismo tipo y color ─justo y como los genetistas del comportamiento lo hubieran predicho. ¿Cuánta discreción tuviste “tú” realmente al tomar todas esas decisiones, si el resultado pudo haber sido pronosticado desde antes, al menos probabilísticamente hablando, con base en eventos que sucedieron en el útero de tu madre hace décadas?



Video en YouTube del canal Mangel Ciencia explicando qué es la genética


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