La homeostasis es un imperativo biológico inconsciente que gobierna todos los procesos vitales involuntarios, como la respiración, el corazón, el metabolismo, la digestión, etc. Se cree que ha existido desde el inicio de la vida en el planeta hace aproximadamente 3 o 4 mil millones de años, y tiene la finalidad de ayudar al organismo, no solo a sobrevivir, sino también a prosperar. Cuando aparecieron los primeros seres vivos dotados con mentes y sistemas nerviosos hace apenas 600 millones de años, el puente que unió a este proceso ancestral con las mentes novatas, fueron los sentimientos. Las mentes de los seres humanos evolucionaron la capacidad de crear una imagen homeostática en tiempo real de sus condiciones vitales. El método para comunicar de manera instantánea la situación al cerebro fue el sentir hambre, sed, cansancio, miedo, felicidad, ira, lujuria, etc. Estos sentimientos se convirtieron en la forma más eficiente de retroalimentar al sistema nervioso y por lo tanto fueron favorecidos por la selección natural y la evolución. Según Antonio Damasio, los sentimientos junto con el desarrollo de soluciones creativas sociales y tecnológicas, para buscar mejorar continuamente la condición humana, dieron origen a las culturas.
A continuación, un extracto del libro The Strange Order of Things
Por: Antonio Damasio
Capítulo 1. Sobre la condición humana
─Extracto
¿Cómo podemos reconciliar la idea aparentemente razonable de que la aparición de los sentimientos motivó la creación de soluciones culturales inteligentes para problemas que enfrentaba la condición humana, con el hecho de que bacterias sin mente exhiben comportamientos sociales eficientes que presagian algunas de las mismas respuestas culturales humanas? ¿Cómo están conectadas estas dos manifestaciones biológicas, cuya aparición esta separada por miles de millones de años de evolución? Creo que la conexión puede encontrarse en la dinámica de la homeostasis. La homeostasis se refiere al conjunto fundamental de operaciones en el núcleo de la vida presente en los seres vivos, desde los seres más primitivos en la época temprana de la bioquímica al inicio de la vida, hasta el tiempo presente. Homeostasis es el imperativo poderoso, impensable, cuyo despliegue implica, para todos los organismos vivos, nada menos que el resistir y el prevalecer. La parte que concierne el resistir produce el instinto de supervivencia. La parte que concierne al prevalecer es más sutil y raramente reconocida. Se encarga de asegurar que la vida se mantenga regulada dentro de un rango, que no solo es compatible con la supervivencia, sino que también conduzca al florecimiento, y a la protección de la vida en el futuro del organismo o de la especie.
Los sentimientos son la revelación mental del individuo sobre el estatus de la vida dentro de su organismo, un estatus que se expresa en un rango que va de negativo a positivo. Una homeostasis deficiente se expresa con sentimientos negativos, mientras que los sentimientos positivos expresan niveles apropiados de homeostasis y abren a los organismos a nuevas oportunidades posiblemente ventajosas. Los sentimientos y la homeostasis están relacionados muy de cerca. Los sentimientos son la experiencia subjetiva de la condición de la vida en todas las criaturas dotadas con una mente y un punto de vista consciente. Podemos ver a los sentimientos como a los comisarios mentales de la homeostasis. La homeostasis ha guiado, de una manera inconsciente y no deliberada, sin ningún diseño, la selección de estructuras biológicas y mecanismo capaces, no solo de mantener la vida, sino también de avanzar la evolución de las especies en todas las ramas del árbol de la vida.
Esta concepción de la homeostasis que se ajusta mejor a la evidencia física, química, y biológica es diferente del concepto convencional empobrecido que se confina a “la regulación equilibrada de las operaciones de la vida”. Es mi opinión que el imperativo inamovible de la homeostasis ha sido el gobernador omnipresente de la vida en todas sus formas. Ha sido la base fundamental que da valor a la selección natural, que a su vez favorece a los genes ─y consecuentemente a los tipos de organismos─ que exhiben la homeostasis mas innovadora y eficiente. El desarrollo del aparato genético, que ayuda a regular la vida de manera óptima y a transmitirla a los descendientes, no es concebible sin la homeostasis.
Dado lo anterior, podemos avanzar una hipótesis sobre la relación entre los sentimientos y las culturas. Los sentimientos, como los comisarios de la homeostasis, son los catalizadores para las reacciones que originaron culturas humanas. Puedo construir el caso de que las prácticas o instrumentos culturales en todas las áreas de la cultura que tienen que ver con las artes, la filosofía, la religión, la moral, la justicia, los gobiernos políticos, las instituciones económicas, la tecnología, e incluso tal vez hasta la ciencia, requieren el sentimiento de una situación de deterioro homeostático en tiempo real o anticipado (por ejemplo, el dolor, el sufrimiento, las amenazas inminentes) o de un potencial beneficio homeostático (por ejemplo, una recompensa), y ese sentimiento actuó como motivo para explorar, para usar los instrumentos del conocimiento y la razón, las posibilidades de reducir una necesidad o de capitalizar en la abundancia señaladas como una recompensa. La vida no sería viable sin las características impuestas por la homeostasis, y sabemos que la homeostasis ha existido desde el inicio de la vida. Pero los sentimientos ─las experiencias subjetivas de los estados momentáneos de la homeostasis dentro de un cuerpo vivo─ no aparecieron en los inicios de la vida. Yo propongo que aparecieron solo después de que organismos fueron dotados con sistemas nerviosos, un evento mucho más reciente que empezó a ocurrir apenas hace 600 millones de años. Los sistemas nerviosos habilitaron gradualmente un proceso de mapeo multidimensional del mundo a su alrededor, un mundo que comienza en el interior del organismo, para que las mentes ─y los sentimientos en esas mentes─ fueran posibles. El mapeo fue basado en varias habilidades sensoriales, las cuales incluyeron eventualmente al olfato, sabor, tacto, oído y visión. La fabricación de las mentes y de los sentimientos esta aterrizada en las interacciones del sistema nervioso y su organismo. Los sistemas nerviosos no crean mentes por sí solos, sino mediante la cooperación con el resto del organismo.
Aunque la aparición de los sentimientos es un evento mucho más reciente que los comienzos de la homeostasis, aun así ocurrió mucho antes de que los humanos entraran a la escena. No todas las criaturas han sido dotadas de sentimientos, pero todos los seres vivos están equipados con los aparatos reguladores que fueron los percusores de los sentimientos. Al considerar el comportamiento de las bacterias y los insectos sociales, de repente la vida primitiva en el planeta no parece tan modesta. Los principios de lo que eventualmente se convertiría en la vida y cognición humana, y la proyección mental que yo llamo cultura, se remontan a los principios de la historia del planeta mismo. Nuestras mentes y culturas están entrelazadas con la vida unicelular ancestral y con muchas formas de vida intermedias. Uno pudiera decir, de forma figurada, que nuestras mentes y culturas han tomado muchas cosas prestadas de los antepasados, de manera libre y sin pena alguna.
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