A continuación, les comparto la tercera publicación de la trilogía Panóptico basada en el podcast Philosophize This! Episodio #187 de Stephen West donde analiza ideas de los filósofos Thomas Hobbes, John Stuart Mill y Gilles Deleuze sobre el eterno debate entre la vigilancia del estado y el compromiso entre libertad y seguridad.
Por: Stephen West
Philosophize This! Episodio #187
Panóptico Parte 3
El dilema filosófico de ceder libertad a cambio de más seguridad es un viejo dilema que mantiene ocupadas a nuestras sociedades constantemente. Es una de las conversaciones más importantes en la historia de la filosofía. Esta polaridad que existe básicamente en el fondo de todo es un tema de enorme importancia si deseas entender qué es lo que sucede a tu alrededor. Y es un tema que ha existido desde que ha habido gente colaborando entre sí para intentar hacer la vida un poco menos difícil. Desde la primera vez que las personas se juntaron en grupos han tenido que sacrificar libertades individuales en consideración a la comunidad de la cual buscaban beneficiarse. Este sacrificio siempre existe, entonces la pregunta se convierte en ¿Cuánta libertad exactamente estás dispuesto a sacrificar para estar a salvo de amenazas externas?
En un lado de la discusión está la gente que favorece más a la seguridad. No les importa sacrificar bastante libertad y privacidad a cambio de aumentar la seguridad para todos. Estas personas hablan sobre la filosofía de Thomas Hobbes quien dice que los humanos empezamos en un estado natural donde nos encontramos solos, expuestos a todo tipo de peligros. Y lo que hacemos para evitar esos peligros es crear una sociedad donde sacrificamos algo de libertad y se la entregamos a un gobierno para que mantenga el orden. El asunto es que ahora tenemos una gama de posibilidades que antes no existían y que han cambiado lo que se entiende por el estado natural: armas automáticas, armas biológicas, armas nucleares, inteligencia artificial. Queríamos tecnología cada vez mejor y la obtuvimos. Así que, si deseamos que el gobierno nos mantenga a salvo ahora, entonces debemos sacrificar aún más libertad y privacidad.
En el otro lado de esta discusión está la gente que favorece más a la libertad, ellos plantean la pregunta: ¿Cuánta más libertad hay que sacrificar a cambio de cuánta más seguridad? Hablan sobre alguien como John Stuart Mill o John Locke, ambos argumentaron de manera intensa a favor de la autonomía individual como algo central para la dignidad humana. Pueden preguntar también ¿de qué sirve toda esta seguridad si no eres libre para ser tú mismo? Hay que decir además que es necesario ser muy cuidadoso sobre la libertad que cedemos, sin importar que tan insignificante, porque históricamente esas libertades nunca se recuperan sin una revolución violenta. Y así es como sucede esto típicamente, pequeñas invasiones de la privacidad casi imperceptibles, y de repente, ya no tienes privacidad.
Estas dos perspectivas sobre la seguridad y la libertad son un desacuerdo clásico. Y mientras que las ventajas de usar la vigilancia para mantener la seguridad son obvias, sería bueno el discutir más a profundidad el por qué algunas personas piensan que la privacidad es una de las cosas más importantes en el mundo, que debemos proteger. Una de las preguntas que se empezó a analizar a profundidad en el siglo 20 es ¿cuál es la manera correcta de pensar sobre la privacidad de las personas? Hazte a ti mismo las siguientes preguntas ¿crees que la privacidad es un derecho que debe ser garantizado a todas las personas sin importar las circunstancias? ¿O tal vez una mejor manera de definir a la privacidad es más como un interés? Un interés que es absolutamente importante para nosotros, pero que siempre debe ser analizado tomando en consideración otros intereses más importantes, como la seguridad nacional o la salud pública.
Es tentador el pensar en la privacidad solo como la habilidad de mantener secretos personales fuera de la vista de los demás. Pero hay muchos filósofos que han descubierto que es mucho más que eso. Una cosa muy importante que hace la privacidad es que les da el espacio a las personas para ser las personas que realmente son. Muchas personas tienen conversaciones privadas sobre temas delicados que son claves para su educación y desarrollo personal, que nunca tendrían en público porque podrían causar demasiados problemas. En circunstancias donde el estado siempre nos vigila no hay espacio para que la gente lea lo que quiere leer, o vea lo quiere ver, sin preocuparse de que su actividad pueda salir a la luz pública. El no proporcionar esa libertad a las personas cambiará el tipo de ideas a las que se permitirán ser expuestos. Otro aspecto importante es que la privacidad es lo que permite a las personas decidir a quiénes desean darles acceso a sus vidas. Si somos vigilados constantemente por el estado, este tipo de decisiones pudieran ser hechas unilateralmente sin tomarnos en cuenta. ¿Por qué razón alguien no querría tener el poder total de decidir quiénes están enterados sobre los detalles de su vida? Pero no tienes nada de qué preocuparte porque a cambio estarás a salvo de cualquier peligro. Sería imposible el intentar ocultar la verdad sobre algún tema personal o íntimo porque no podríamos ejercer ningún tipo de discreción y esta falta de discreción se aplicaría también a nuestros propios pensamientos sobre el mundo que nos rodea. Tal vez tengamos opiniones controversiales sobre temas delicados que solo discutimos con ciertas personas o con nadie. Pero en un mundo donde todos los eventos de tu día pueden ser escudriñados ¿deberían las personas soportar tal intrusión a cambio de más seguridad?
En la década de los 90 se argumentó que la privacidad también permite que surja una gama de voces diferentes en la sociedad y en la cultura. Pensemos por ejemplo en el arte, para que haya artistas que pongan a prueba los límites de lo que se considera como normal, lo cual es sumamente importante para cualquier sociedad, es necesario darles el espacio para que se sientan lo suficientemente cómodos y seguros para ser excéntricos y raros.
Tener gente rara en la sociedad es algo necesario. John Stuart Mill lo dice en su ensayo sobre la libertad: la libertad individual, el sentirse seguro para expresar tu creatividad o rareza, no solo es importante para el individuo, es importante para la salud de toda la sociedad. Las sociedades que no tienen la privacidad necesaria para que exista la excentricidad, corren el riesgo de caer en el despotismo y el estancamiento.
La privacidad te proporciona el espacio para definir quién eres y cómo te relacionas con los demás. Hay personas que dicen que todo lo anterior es el verdadero costo de ceder la privacidad a cambio de más seguridad gracias a la constante vigilancia del estado. El sociólogo David Lyon ha dicho que lo que estamos viendo con el aumento de la vigilancia en años recientes, no es solo un pequeño aumento en la cantidad de vigilancia que permitimos las personas en sus vidas, sino que de hecho ahora estamos viviendo dentro de una cultura de la vigilancia. Define a la vigilancia como: cualquier atención sistemática, rutinaria, enfocada a los detalles personales con el propósito de controlar, influenciar o manejar. Y cuando piensas en la vigilancia de esa manera entonces te das cuenta de que es un componente primario de la mayoría de las cosas que las personas hacemos en el internet. Todos nos vigilamos mutuamente. Buscamos en las redes sociales para ver los videos más recientes que nosotros mismos publicamos. Usamos relojes que monitorean todos los detalles de nuestros cuerpos todos los días; cargamos aparatos que nos rastrean constantemente y que además tienen cámaras y no nos sentimos extraños para nada. Todo esto es evidencia de lo que el filósofo Gilles Deleuze piensa que es un nuevo mecanismo de control que es omnipresente y fluido. En el tipo de sociedad disciplinaria de la que habla Foucault, tu trabajo es ser un buen estudiante cuando estás en la escuela, un buen trabajador cuando estás en la oficina, un buen compañero para tu pareja cuando llegas a tu casa. Si en esta sociedad se trata de homogenizar la actividad humana por medio de normas y tabús, entonces en la sociedad de control que menciona Deleuze ahora la forma en que se controla tu vida es por medio de la modulación. Ya nunca eres solo un estudiante, o solo un trabajador, o un compañero, ahora en un sentido siempre eres todos al mismo tiempo.
El punto es que las personas ya no solo navegan instituciones binarias donde hay reglas rígidas que las definen, y como resultado las personas ya no siguen reglas rígidas como antes. Se les dice que sean quien deseen ser mientras navegan todos los roles en su vida. Según Deleuze, incluso ellos pueden pensar que al ser diferentes de los demás quiere decir que son más libres. Paradójicamente, al mismo tiempo que se sienten más libres porque ya no se conforman con seguir reglas rígidas, su comportamiento es ahora más vigilado que nunca y modificado a un nivel granular. Para Deleuze estas personas que se encuentran en una sociedad del control ya no son individuos. Deleuze habla sobre como el lenguaje que se ha usado en diferentes puntos de la historia para controlar el comportamiento de las personas ha sido a un nivel de psicología masiva. Si quieres controlar a las personas entonces debes usar el nacionalismo o alguna causa cultural elevada que mueva a la gente. Hay otros momentos en la historia donde las personas son controladas a un nivel individual. Piensen en como los sacerdotes tienen una influencia en los individuos, le gente se confiesa y ellos usan esa información para guiar su comportamiento de una manera que puede ser muy detallada y específica. En la sociedad del control las personas son desintegradas a un nivel que subyace al individuo. Ahora el lenguaje que se usa para entender a las personas es solo una parte especifica de su comportamiento que puede ser medido y predicho por los algoritmos. Por ejemplo, lo que somos para Amazon es solo una colección de preferencias a la hora de comprar; lo que somos para el sitio donde obtenemos las noticias es solo algo que hace click a algunos encabezados y no a otros. El lenguaje que se usa para controlar tu comportamiento ahora potencialmente recolecta información sobre ti en cada situación en la que te puedas encontrar. Para Deleuze, todos ahora nos movemos hacia una realidad en donde nuestros diferentes roles sociales como trabajadores, estudiantes, ciudadanos, etc. se encuentran ahora más que nunca en un estado fluؙído. Las restricciones que definen los detalles de nuestras vidas que antes eran fijos, ahora se actualizan y modulan constantemente. En esta nueva forma de sociedad, los métodos usados para controlar a la gente se vuelven más ubicuos y flexibles porque operan basados en un espectro continuo en lugar de instituciones binarias estáticas. Teorías como las de Deleuze son importantes porque si queremos descifrar donde marcar la raya en términos de libertad y seguridad tenemos que saber exactamente que mecanismos están siendo usados para controlar a las personas. Sin embargo, es importante el sacar de nuestras cabezas la idea de que existe una respuesta correcta de exactamente cuál es la proporción ideal. El sociólogo Zygmund Baumen dijo que este es un dilema social que no va a desaparecer en un futuro cercano porque que tiene miles de años y continuará mientras sigan existiendo las democracias donde las personas todavía pueden decidir sobre estos temas. El punto es que el día de mañana cualquiera de los dos extremos en este debate pudiera ser una realidad, pudiéramos encontrarnos viviendo en la novela 1984 de George Orwell o cualquier nivel de vigilancia pudiera ser completamente ilegal. Es obvio que cualquiera de estos dos escenarios sería absurdo. Este es otro tema para debatir, igual que debatimos el nivel de impuestos que debemos pagar, o el nivel de poder que le damos a la policía para que pueda mantener la ley y el orden. La pregunta no es si es necesario, o no, sino de qué manera se estructura para que no se salga de control.
Es importante el pensar en nuestras decisiones actuales en el contexto más amplio que representa este debate entre la libertad y la seguridad, porque en 100 años en el futuro cuando las personas miren hacia el pasado y examinen este momento que vivimos nosotros ahora, y miren los dilemas que estábamos enfrentando sobre la vigilancia, la pandemia, el rastreo de nuestra actividad en el internet, les quedará muy claro que el voto simbólico que emitió cada persona al aceptar las cookies de rastreo en línea, ese voto tuvo una repercusión muy importante para ellos en el futuro. Debemos por lo menos entender las consecuencias, porque de alguna manera estamos votando a favor o en contra, ya sea que estemos conscientes de ello o no. Si en este momento, tú vives en una democracia libre, entonces tú eres la última línea de defensa para el futuro de la libertad y la democracia. Cada generación necesita de votantes educados que hagan su trabajo y cumplan con su responsabilidad de informarse para mantener esa línea de defensa. A final de cuentas las personas son las que deciden en donde se marcan los límites. Si vives en un mundo donde corres el riesgo de terminar atrapado en un panóptico digital, entonces como alguien que está consciente de ese hecho, lo que puedes hacer es tu mejor esfuerzo para entender el debate, entender los mejores argumentos en ambos lados, y apoyar el lado que te parezca correcto.
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