Las personas están siempre bajo la influencia de grupos que luchan por el poder. Y desde que el hombre moderno ha sido capaz de comunicarse usando un lenguaje suficientemente sofisticado, esta influencia se ejerce sobre las masas por medio de historias y mitologías religiosas. Sin embargo, después de la Ilustración y de la Era de las Revoluciones, surgieron sociedades laicas donde las instituciones eclesiásticas fueron perdiendo poder gradualmente, hasta llegar a la era actual donde están en pleno declive. Este declive junto con el avance del conocimiento científico han ido desplazando a las mitologías religiosas para darle relevancia a otro tipo de mitologías culturales. Las historias en los medios de comunicación masiva, en las redes sociales, en la cultura popular, son ahora las nuevas mitologías donde se insertan las ideologías de todo tipo para influir a la sociedad. Tal vez, esta forma de ver el mundo sea algo inevitable para los seres humanos porque las historias nos dan la perspectiva que necesitamos para darle sentido a todo lo que nos rodea. Sin embargo, pueden llegar a darnos una visión muy distorsionada de la realidad, incluso al grado de provocar que actuemos en contra de nuestro propio beneficio. Por eso debemos desmitificar a las mitologías. Es decir, debemos comprender qué son, y por qué las necesitamos, pero también, por qué pueden ser peligrosas, especialmente cuando las consideramos sagradas.
A continuación un extracto del episodio #116 del podcast Philosophize This! de Stephen West titulado “Structuralism and Mythology pt. 1”
Por: Stephen West
Cuando surge el movimiento intelectual conocido como estructuralismo a principios del siglo 20, se produce un cambio inmediato en la manera que los intelectuales ven a las ideas tradicionales respecto a la subjetividad. La idea de que somos individuos libres, independientes, observando al universo desinteresadamente, explorando la infinidad de opciones a nuestro alcance… todo eso, empieza a parecer una forma obsoleta y fantasiosa de mirar a lo que es el Yo mismo. Por ejemplo, observemos los gestos que usamos. ¿De dónde sacaste la idea de usar tu mano de una cierta manera para saludar? Lo que pasa es que naciste en una cultura que tiene un conjunto particular de rituales. Hubo un tiempo en tu vida en el que no sabías nada sobre usar tu mano para saludar a alguien. Después de ver a otras personas dar la mano una y otra vez para saludar, eventualmente agregaste el saludo de mano a tu bolsa de trucos. Si hubieras nacido en una cultura diferente donde el saludo de mano no fuera común, entonces no tendrías la menor inclinación de estirar tu mano para saludar a nadie. Prácticamente nadie piensa que lo anterior es algo controversial. Sin embargo, las personas se sienten raras cuando alguien les pregunta ¿qué pasaría si tus puntos de vista políticos, tu moral, tu opinión sobre la naturaleza de la existencia misma es adquirida de manera similar? Para la mayoría de la gente, estas cosas se sienten muy diferentes a un simple saludo de mano, y el pensar que solamente las copiaste, es sumamente incómodo.
Siempre me he visto a mí mismo como una especie de ser autónomo independiente que llegó a este universo sin saber nada, y lentamente pero seguro, estoy aprendiendo cada vez un poco más. ¿Ahora tú me dices que todos mis puntos de vista y mis preferencias no son más que rituales y estructuras dentro de un sistema pequeño y localizado de parámetros culturales formados, no para poder entender mejor el universo, sino para que un grupo de simios puedan trabajar juntos mejor? ¿cómo sucedió esto? Sucedió de varias maneras diferentes. Tu expresión cultural está siendo reforzada constantemente sin que te des cuenta, porque se hace subliminalmente por debajo del mundo como lo percibes en la superficie.
¿Qué repercusión pudieran llegar a tener las historias mitológicas en las culturas que las producen? Alguien pudiera leer una historia de alguna mitología e interpretarla en un nivel superficial. Sin embargo, hay otro significado debajo de la superficie y le corresponde al lector encontrarlo. Veamos por ejemplo la historia del arca de Noé. Alguien pudiera interpretar esta historia de manera superficial sobre un tipo llamado Noé que fue escogido por Dios para construir un arca porque Dios va a destruir a su creación para empezar de nuevo. Pero alguien más pudiera encontrar otro significado más profundo sobre como el sacrificio es la única manera de moldear el carácter para convertirse en el tipo de persona que no se desmorona fácilmente durante eventos que te ponen a prueba y que están fuera de tu control. Tal vez construir el arca es una metáfora de cómo debemos preocuparnos por construir nuestros propios medios para sobrevivir algún cataclismo antes de que llegue a suceder.
Sin embargo, hoy en día existe esta idea muy moderna y popular que, como especie humana, en lo que se refiere a historias y mitologías…ya superamos esa etapa. Las mitologías eran historias que usaban las personas en la antigüedad para intentar explicarse cómo funcionaba el mundo. Pero en el mundo actual tenemos otras herramientas más avanzadas y sofisticadas por lo que no es necesario recurrir a métodos arcaicos. El filósofo francés Roland Barthes dijo que esta idea era un disparate. Según él, todo el tiempo estamos envueltos participando en la creación de nuevas mitologías, nos demos cuenta o no. La persona promedio que se encuentra inmersa en su propia cultura mitológica es equivalente a una persona de la antigua Grecia que atribuía los relámpagos de manera cotidiana y normal a Zeus. De igual manera que alguien pudiera pasar toda su vida leyendo la mitología griega de manera superficial también pudiera pasar toda su vida en la época moderna interpretando todo a su alrededor de manera superficial, sin nunca darse cuenta de que existe un significado debajo de la superficie y aceptando ciegamente el mundo tal y como es.
La mitología en el mundo moderno nos es suministrada por los medios masivos. Hemos sido mistificados colectivamente por los medios. Barthes dice que lo han hecho usando la mitología para transformar la historia en naturaleza. La mitología toma construcciones culturales, como por ejemplo la idea de cómo es el típico estadounidense americano, una construcción arbitraria y contingente de la historia y hace que la gente lo tome como algo fijo, natural, inmutable. El punto crucial para entender no es que debemos deshacernos de las mitologías, para muchos intelectuales, no es posible escapar de ellas. Para poder entender el universo es necesario suscribirte a una mitología que te suministre una visión inteligible, aunque a veces también angosta, que si no estuvieras consciente de ella pensarías que es algo natural del mundo. El objetivo es desmitificar nuestras propias mitologías para poder reconocerlas por lo que son. Cuando descubres los significados ocultos, encuentras mensajes que pretenden cambiar el mundo de alguna manera en absolutamente todos los medios que nos rodean sin importar que tan inocentes parezcan. Cuando te das cuenta de esto también te das cuenta de cómo estos medios ejercen una influencia masiva en nuestras convicciones y en nuestra forma de pensar, y a final de cuentas en cómo nos comportamos y cómo votamos.
Vale la pena aclarar que Barthes no dice simplemente: ¡Ey, cuando mires la T.V. si pones atención, te darás cuenta de que las personas que ves ahí no son imparciales sino todo lo contrario! ¡Ten cuidado con esa mitología que están tratando de inculcarte! No, él está diciendo de hecho algo mucho más profundo y fundamental. Lo que él dice es que si estudias la mitología escondida en los medios te darás cuenta de que esta mitología es un punto de entrada para exhumar las raíces mismas de nuestra cultura, las raíces que permiten que nuestra cultura funcione del todo. Dicho de otra manera, Barthes está intentando descubrir la estructura fundamental de nuestra cultura y lo que la hace funcionar. Está descubriendo las historias sobresimplificadas que nos contamos todos los días y que actúan como el adhesivo que mantiene a la sociedad unida. Barthes dice que es posible que participes en las mitologías culturales con todos tus puntos de vista sin darte cuenta de las estructuras culturales que yacen debajo de la información de los medios que recibes. A esto se refiere Barthes cuando dice que quiere desmitificar la cultura. Quiere mostrar a la cultura por lo que realmente es.
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