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  • Estupido Libre Albedrio

Juzgado por los demás y feliz, o absuelto y miserable

Updated: Jan 7, 2023




A continuación, les comparto un extracto del podcast Philosophize This! Episodio #170 de Stephen West donde habla sobre el libro La Caída del escritor filósofo Albert Camus.




Por: Stephen West


Para alguien que no cree en ningún Dios, que no cree que existe algún código moral inscrito en el universo ¿de qué manera empieza esa persona, no solo a crear un sistema de valores, sino cómo lo basa en algo que sea, por un lado, flexible para que se pueda adaptar a nuevas circunstancias, y, por otro lado, duradero para que no se modifique por cualquier cosa o sentimiento en un momento dado? Albert Camus fue un escritor francés-argelino, filósofo conocido por su ficción, premio nobel de literatura en 1957. Camus no es el tipo que encontró la respuesta a la cuestión anterior de cómo crear un sistema de valores de la nada, sin embargo, sí tiene muy buenos consejos para alguien que decida embarcarse en ese tipo de proyecto. En su último libro titulado La Caída, el personaje principal llamado Clamence, puede verse como un ejemplo de lo que no debe hacerse cuando se pretende crear un sistema que le dé significado a las cosas. El libro es una referencia a “la caída” de la humanidad en el jardín del edén, todos sabemos la historia de Adán y Eva cuando muerden la manzana y como consecuencia ahora todos estamos implicados en la doctrina del pecado original. Camus, por supuesto, no cree en nada de esto. No cree en Dios, ni en ningún mandamiento divino. Lo que sí cree, es que la historia de Adán y Eva es una metáfora poderosa de "la caída" de las personas no creyentes en las sociedades modernas. Esta caída metafórica es desde un lugar elevado de inocencia auto percibida y delirante hacia un lugar más consciente y humilde, donde reconocemos qué tan responsables somos por nuestras acciones, y por los juegos que jugamos para evitar el sentimiento de culpa, el juicio de los demás y la responsabilidad. El libro en esencia es una crítica a las sociedades y a las personas modernas. El personaje principal es la encarnación de la persona moderna, y la esperanza es que al escuchar a este ejemplo extremo de la hipocresía de la sociedad moderna podamos reconocer algo de esa hipocresía en nosotros mismos, y terminemos un poco menos engañados sobre cómo encajamos en el mundo.


Yo creo que Albert Camus tendría algunas advertencias para las personas preocupadas con el significado de la vida. Si tú piensas que vas a llegar a un sistema último de valores y después solo vas a vivir de acuerdo a esos valores día tras día sin importar las circunstancias en las que te puedas encontrar…tal vez funcione, pero lo más probable es que será mucho más complicado que eso. Vivimos en un universo completamente trágico y absurdo. Nada allá afuera en el mundo realmente tiene sentido hasta que nosotros decidimos que tiene sentido. Y ese contraste, entre la verdadera incertidumbre de todo y nuestra tendencia a dirigir nuestro pensamiento hacia la búsqueda de la certeza absoluta, es algo peligroso. La urgencia que alguien pueda tener de crear un sistema perfecto de valores, y después hacer un gran esfuerzo para nunca desviarse de él, esa, es una expectativa que puede ser imposible de mantener, puede ser una invitación a diferentes modalidades de autoengaño para evitar sentir que fallas todo el tiempo. Camus diría que entiendas tus tendencias como el tipo de criatura que eres, entiende que, como personas modernas, dadas las estructuras de la sociedad moderna, nos hemos vuelto muy buenos para jugar en ambos lados del cerco cuando se trata de la ambigüedad moral. Nos hemos vuelto muy buenos para sostener creencias aparentemente contradictorias, manifestarlas en el mismo exacto momento, y después de alguna manera, no sentirnos ridículos para nada. Para Camus existe una duplicidad fundamental que está inscrita en la forma en que las personas modernas escogen cómo comportarse.


Un ejemplo de lo anterior en el libro La Caída, es cuando el personaje principal Clamence habla sobre un soldado Nazi que se acerca a una madre judía que tiene dos hijos, y le dice de la manera más amable posible: "señora, siento molestarla, no quiere ser desconsiderado de su tiempo, pero uno de sus hijos debe morir ahora, por favor dígame cuál de ellos será el que morirá, me gustaría que sea usted la que tome esa decisión." Este soldado cree que es importante ser amable con los demás, y darles el respeto que se merecen…pero al mismo tiempo cree que es importante también asesinar a la familia de la señora porque están en el bando equivocado de ideologías políticas. Algo que es necesario aclarar es que Camus no nos está diciendo que eres una persona débil si algunas veces tienes valores contradictorios. Para él esto es parte de vivir en un universo absurdo. Es parte de ser un humano. La persona débil es la que no puede ver, o no quiere ver, la ambigüedad y las contradicciones inherentes en sus propios pensamientos; la persona que está jugando algún jueguito psicológico que le permite creer que está viviendo cada día de su vida invariablemente adherida a un sistema de valores universales. Y tal vez sea imposible para nosotros el escapar de las contradicciones en nuestros valores, pero una cosa que podemos hacer, según Camus, es el ser más consciente de ellas. Lo que más desea el personaje principal es lo mismo que deseamos todos en la sociedad moderna, el ser inocentes de cualquier acto malévolo. Sin embargo, se da cuenta de que nadie allá afuera es inocente, nadie es perfecto. Todos somos culpables de algo, todos somos responsables por algo. Eso es simplemente parte de ser una persona viviendo una vida con todas las variables en este planeta. No existe nadie allá afuera que viva en un estado de inocencia total como Adán y Eva bajo la gracia de Dios antes de morder la manzana. Todos hemos caído y somos implicados en la sociedad moderna. Y este es el punto de Camus: la única manera en que pudieras por un momento creer que eres inocente, absuelto de tu culpa, de tu responsabilidad…es esencialmente hacer lo mismo que hacen los cristianos, arrepiéntete de tus pecados, sé salvo por la gracia de Dios, y acepta la doctrina moral dada desde los cielos. O cualquier otra versión moderna de esta estrategia psicológica para escapar el juicio de las demás personas. Una manera de pensar en esto, como lo confiesa Clamence casi al final del libro, es el decir que hay inocencia en la esclavitud. Es decir: “para cualquiera que esté solo, sin Dios y sin ningún otro amo, el peso de los días es terrible. Por lo tanto, uno debe escoger un amo, sobre todo ahora que Dios ha pasado de moda.”


Clamence es una persona moralmente débil. El ser responsable por sus actos, el ser juzgado por los demás, “el peso de los días” como lo llama, es demasiado para él. Para alguien tan débil como él que no puede encontrar la manera de vivir con los sentimientos de ser juzgado…realmente no hay otra opción, en sus ojos, más que encontrar un amo al que servir y que lo convierta en un soldado. Dice en una ocasión que anhela el día que un líder autoritario llegue, se apodere del pueblo, y le diga cómo debe de actuar. El razonamiento es que, si todo lo que estoy haciendo es solamente el ejecutar la visión moral de alguien más… entonces, no estoy realmente tomando ninguna decisión moral que pueda ser juzgada: “Usted, mi buen señor, tiene un problema con mi amo…no conmigo, yo solamente soy un esclavo aquí.” Una vez más para Camus hay inocencia en la esclavitud, de la misma manera en la que Adán y Eva serían inocentes si hubieran obedecido ciegamente.


Así que, de muchas maneras, todas las personas no creyentes en la modernidad somos personas “caídas”. Somos personas que mordimos la manzana. Estamos intentando encontrar la manera de vivir con la responsabilidad y el juicio sobre nuestras decisiones. Clamence dice en el libro “la irresponsabilidad es estar en la gracia de Dios”. De tal manera que el “caer” fuera de la gracia de Dios sería el asumir una responsabilidad total sobre nosotros mismos, nuestros pensamientos, y nuestras acciones. La responsabilidad es el estado caído en el que se encuentra la parte no creyente de la humanidad moderna. Tal vez cuando Camus escribió este libro pensó que, si logramos ver, aunque sea un poco de su personaje principal Clamence en nosotros, tal vez todos pudiéramos ser menos susceptibles a caer en la inocencia delirante de sentir que tenemos la absoluta certeza sobre algo. Tal vez quería que consideremos que es posible aceptar el hecho de que seremos juzgados por los demás, a veces injustamente, pero que tal vez podemos soportarlo. Tal vez era demasiado para Clamence y no lo podía soportar, y su perspectiva cínica es solo un mecanismo de defensa para poder negar la realidad del mundo a su alrededor. En otro episodio de esta serie hablamos también sobre Nietzsche y su concepto Amor Fati, que quiere decir “amor al destino” en latín. Entonces si ese sentimiento de responsabilidad y culpa por nuestras decisiones es una parte necesaria de nuestras vidas, y si la queremos vivir sin ningún juego psicológico que nos permita autoengañarnos y mantenernos en un estado de negación. Entonces, en lugar de negar la realidad, pudiéramos solo decir Amor Fati. Acepta aquello que es necesario. No cambies tu integridad como persona para mantenerte en la negación, no seas el esclavo de ningún amo.


Pero Camus lo dijo mejor. Dijo que tienes dos opciones en esta vida cuando se trata de cómo vas a lidiar con el juicio inevitable de las demás personas: puedes ser juzgado por los demás y feliz, o puedes ser absuelto por tu amo y miserable.



Video en canal de YouTube La Travesía, sobre la filosofía de Albert Camus


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