La ciencia opera dentro de este marco de referencia: la realidad no es una fabricación individual ni colectiva de nuestras mentes, la realidad existe, es real. Esta posición es la piedra angular de la ciencia y del escepticismo científico y se le llama naturalismo metodológico. La característica clave del naturalismo metodológico, que lo hace esencial para la ciencia, es que las ideas se pueden poner a prueba mediante la experimentación para ampliar nuestro conocimiento empírico del mundo natural y del universo. La ciencia no puede afirmar que toda la vida en la Tierra no fue creada en un instante por un diseñador todo poderoso. La ciencia es agnóstica hacia esa creencia. Solo puede decir que esa creencia se encuentra fuera del campo de la ciencia porque no puede ser comprobada científicamente. Las causas sobrenaturales son infalsificables, es decir, no se pueden comprobar ni discrepar mediante la observación y la experimentación. Por lo tanto, los métodos científicos no pueden actuar sobre ellas. No es posible diseñar un experimento o hacer una observación para comprobar o discrepar un milagro. Eso es naturalismo metodológico. Una manera de conceptualizar a lo sobrenatural es imaginar a un fenómeno que trasciende las leyes conocidas del universo, efectos sin causas naturales. Pero la ciencia se encuentra con anomalías todo el tiempo. Los científicos las adoran porque señalan el camino hacia nuevos descubrimientos y conocimientos. En teoría, si viviéramos en un universo donde estas anomalías fueran sobrenaturales, entonces, los métodos de la ciencia no serían capaces de encontrar una causa, se estancaría en un lazo infinito de hipótesis fallidas. Las anomalías nunca pudieran ser explicadas. Sin embargo, mirando a los últimos siglos, podemos encontrar evidencia que favorece de manera importante al progreso de la ciencia y al naturalismo. La ciencia encuentra anomalías, eventualmente encuentra explicaciones, y el conocimiento científico progresa. Los místicos y los creyentes simplemente se pasan al siguiente misterio todavía sin resolver para aferrarse a sus ideologías antinaturales. Hasta ahora, la ciencia no ha encontrado ninguna anomalía que imposibilite a la exploración científica.
A continuación, un extracto del libro The Skeptics Guide to the Universe,
Por: Dr. Steven Novella.
Capítulo 19. El naturalismo metodológico y sus críticos
─Extracto
El naturalismo metodológico es la base filosófica para el método científico, el cual procede con la premisa de que el universo sigue leyes naturales en las que todos los efectos tienen causas naturales. La explicación más simple para todo el conocimiento científico es que en realidad hay un universo físico allá afuera. La realidad existe. La realidad no es una fabricación individual ni colectiva de nuestras mentes. La ciencia debe operar dentro del marco de referencia de que esto es verdad. A esta posición se le llama naturalismo metodológico, y es una piedra angular de la ciencia y el escepticismo científico. Si tu defiendes a la ciencia entonces debes entender sus bases filosóficas.
El punto de partida para la filosofía de la ciencia es el materialismo. Dicho simplemente, es la posición filosófica de que todos los efectos físicos tienen causas físicas. Históricamente, el materialismo se ha definido como la creencia filosófica de que la materia es lo único que existe. El materialismo se opone específicamente al dualismo y otras filosofías que postulan aspectos espirituales inmateriales de la existencia. Cualquier definición moderna viable de materialismo debe incluir a la energía, las fuerzas, el espacio-tiempo, la materia oscura, la energía oscura, ─y todo lo demás descubierto por la ciencia en la naturaleza. De esta manera el materialismo es solo una manifestación del naturalismo, la filosofía que dice que la naturaleza (en todos sus aspectos) es todo lo que existe ─no existe nada sobrenatural. Otra manera de mirarlo es la siguiente: si los científicos descubren algo que previamente se consideraba sobrenatural, entonces en ese instante se convertirá en natural, ya que se habrá demostrado que forma parte de la naturaleza. Algunos alegan que, por lo anterior, el materialismo es una tautología (una definición que se refiere a sí misma, circular) pero esto pierde de vista el argumento específico. La definición de materialismo se refiere más al método; a las causas que se pueden investigar mediante la experimentación científica. Lo sobrenatural, por lo tanto, es magia que no se puede investigar.
Todo esto es importante porque existe un movimiento “antimaterialista” que incluye a los creyentes del diseño inteligente creacionista, a los dualistas, y otras varias pseudociencias curativas. Generalmente, no les agrada el hecho de que la ciencia moderna no valida sus creencias espirituales, así que atacan directamente a las bases de la ciencia. Aunque atacan abiertamente al materialismo, se pueden definir de manera más correcta como “antinaturalistas” ─no creen que la naturaleza es lo único que existe, y quieren que la ciencia valide su fe en lo sobrenatural. Pero por motivos propagandísticos suena mejor estar en contra del materialismo que en contra de la naturaleza.
El naturalismo filosófico es la creencia metafísica de que la naturaleza es todo lo que existe, mientras que el naturalismo metodológico es el proceder como si la naturaleza fuera todo lo que existe y mantenerse agnóstico sobre la pregunta metafísica más profunda.
Por ejemplo, es posible que el universo haya sido creado hace cinco segundos por un ser omnipotente que lo hizo parecer exactamente como si hubiera evolucionado a través de miles de millones de años. No existe ningún método por el cual podamos discernir este universo hipotético del que efectivamente evolucionó a través de miles de millones de años, de tal manera que esta noción se encuentra fuera del campo del naturalismo metodológico de la ciencia. Entonces ¿la ciencia necesita al naturalismo metodológico? La respuesta es sí. Esa discusión filosófica ya se llevó a cabo hace siglos ─y los naturalistas ganaron. La discusión ya se terminó. Pero los antinaturalistas quieren resucitarla, y como no pueden ganar en la arena de la ciencia, quieren llevar la discusión a la arena de la opinión pública y a los campos legales y académicos.
La característica clave del naturalismo metodológico, que la hace esencial a la ciencia, es que las ideas se pueden comprobar. Las causas no-naturales son por definición infalsificables (no se pueden discrepar mediante la observación) y, por lo tanto, los métodos científicos no pueden actuar sobre ellas. Es como el ejemplo del matemático que resuelve una ecuación y en una parte de la solución solo escribe “y aquí sucede un milagro”. Sus colegas señalan al comentario y dicen “creo que en este paso deberías ser más explícito”. La ciencia no puede decir “y después sucede un milagro”. No es posible diseñar un experimento o hacer una observación para comprobar o discrepar un milagro. Los milagros, por definición, desafían a las fuerzas naturales y a las explicaciones. No pueden ser restringidos, lo cual es necesario para cualquier hipótesis que se intente discrepar.
La ciencia no dice ─y no puede decir─ que toda la vida en la Tierra no fue creada en un instante por un diseñador todo poderoso. Es agnóstica hacia esa creencia. Solo puede decir que esa creencia se encuentra fuera del campo de la ciencia porque no puede ser comprobada científicamente. Eso es naturalismo metodológico.
Pero ¿qué pasaría si lo sobrenatural existe? Esta pregunta es un experimento mental interesante. ¿Qué pasaría si viviéramos en un universo donde hubiera fenómenos sobrenaturales? De nuevo, nos enfrentamos al problema de cómo definir a lo sobrenatural, ya que siempre se puede argumentar que si estos fenómenos existen entonces forman parte de lo natural. Por eso debemos definir a lo sobrenatural por cómo se comporta, no por lo que es.
La mejor manera de conceptualizar a lo sobrenatural es imaginar a un fenómeno que trasciende las leyes conocidas del universo. No está limitado por estas leyes o puede suspenderlas en cualquier momento: son efectos sin causa. Si tal fenómeno existe entonces ¿cómo lo pudiéramos conocer? Por definición, no pudiéramos, por lo menos no científicamente. En el mejor de los casos, la ciencia puede identificar anomalías que no puede resolver. Pero la ciencia se encuentra con estas anomalías todo el tiempo. Los científicos las adoran porque señalan el camino hacia nuevos descubrimientos, a nuevos conocimientos. Si los métodos de la ciencia no pueden encontrar una causa para la anomalía, porque no hay ninguna causa natural, se estancaría en un lazo infinito de hipótesis fallidas. Las anomalías nunca pudieran ser explicadas.
De hecho, podemos usar esta idea para hacer un pequeño experimento sobre la ciencia y el naturalismo metodológico.
Si vivimos en un universo donde cada efecto tiene una causa natural, entonces la ciencia debe funcionar bien. Encontraremos anomalías, pero eventualmente serán explicadas. Habrá progreso científico.
Si vivimos en un universo con fenómenos sobrenaturales, la ciencia se encontrará de manera persistente con anomalías que no puede explicar. No habrá progreso.
Si miramos a los últimos siglos, podemos encontrar evidencia que favorece de manera importante al progreso de la ciencia y al naturalismo.
Los creyentes siempre tendrán anomalías que señalar, pero cambian a través del tiempo. Cuando la ciencia encuentra explicaciones, los creyentes buscan el siguiente misterio sin explicación. Hasta ahora, la ciencia no ha encontrado ninguna verdadera anomalía que desafié a la exploración científica.
Video en YouTube de Matt Dillahunty explicando la diferencia entre el naturalismo filosófico y el naturalismo metodológico
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