Gracias a que vivimos en una sociedad libre nadie te puede obligar a escuchar críticas que desafían tu forma de pensar. Pero si no lo haces, entonces nunca pones a prueba convicciones que pueden ser fundamentales en tu forma de ver el mundo. Y ¿por qué razón no querrías poner a prueba alguna idea fundamental en tu mente que puede influir en decisiones importantes en tu vida? Desafortunadamente, todos sabemos que es muy difícil mantener una conversación honesta e inteligente donde ambas partes están abiertas a la posibilidad de aprender y hacer correcciones cuando se requiera. Por eso, las personas en general evitamos conversaciones sobre temas complicados y como consecuencia rara vez tenemos que defender nuestras ideas más importantes. Sin embargo, adquirir convicciones es solo el comienzo y muchos cometen el error de pensar que el tenerlas es sinónimo de madurez e inteligencia. Si no las defendemos corremos el riesgo de que se conviertan en nada más que atracciones y aversiones infantiles. Pero, para conversar inteligentemente es necesario articular argumentos con buena lógica y desarrollar el hábito mental de inspeccionar nuestros argumentos de manera constante y cuidadosa. A eso se le llama pensamiento crítico. El pensamiento crítico nos permite ejercer nuestra libertad de expresión como adultos responsables y también conservarla para las futuras generaciones.
A continuación les comparto un extracto del libro "Critical Thinking" escrito por Sharon M. Kaye.
Por: Sharon M. Kaye
¿Usted tiene opiniones?
Claro que sí las tiene.
Al tener opiniones es como nos definimos a nosotros mismos. Es la manera en cómo formamos alianzas y es como nos distinguimos de los demás. Los niños se diferencian de sus padres en términos de sus aversiones y sus atracciones. Pero les toma tiempo el desarrollar opiniones que contradigan a sus padres. El tener opiniones independientes es la primera señal del crecimiento. El salirse del molde parental es aterrador al principio, pero también es excitante. Los adolescentes lo encuentran tan excitante que comienzan a expresar opiniones contrarias a cada oportunidad incluso para crear conflicto cuando están aburridos. Sin importar que tan irritante pueda ser, debemos admitir que el tener opiniones independientes es un logro considerando que nuestra familia, los amigos, los medios, el gobierno, y las instituciones religiosas intentan influenciarnos constantemente. Es sorprendente que alguien pueda tener algún pensamiento original del todo.
Y el hecho de que tenemos el derecho de pensar y decir lo que creemos es realmente algo que debe valorarse. Es uno de los grandes triunfos de la civilización moderna. Para nuestros ancestros en la edad media simplemente no les era permitido el disentir con la autoridad. Protestantes valientes a través de la historia lograron el cambio lentamente para nosotros. Trágicamente todavía hay países en el mundo sin el derecho a la libre expresión. El poder expresarse es algo tan grandioso que a veces las personas cometen el error de pensar que es la etapa final de la madurez intelectual ─que una vez que desarrollas un punto de vista único e interesante estás listo para enfrentar al mundo con todos sus retos. Esto es desafortunado. De hecho, el tener opiniones es solo el comienzo.
Debido a que vivimos en una era de libertades, no es necesario que defiendas tus opiniones si no lo deseas. Pero… ¿En realidad no deseas defender tus puntos de vista? Si tus opiniones son más que solo aversiones y atracciones infantiles, entonces deberías estar dispuesto a defenderlas.
Donde sea que estés, tu punto de vista te dará opiniones sobre las situaciones que enfrentas. Pero el tener opiniones no es suficiente para tener éxito en lo que haces. Debes de ser capaz de transformar tu opinión en una posición. La diferencia es que una posición esta soportada por un argumento. Cualquiera puede formar argumento. Pero hay que decirlo: unos argumentos son mejores que otros. Para formar un buen argumento necesitas usar la lógica. La lógica es el esqueleto del pensamiento humano. Lo seres humanos nacen con una habilidad natural para razonar lógicamente pero también nacemos propensos a cometer errores lógicos. Al descubrir y examinar la lógica subyacente en el razonamiento ordinario puedes aprender a dar sustento a tus opiniones de manera efectiva. Personas inteligentes dan mal uso a la lógica todos los días. A veces lo hacen a propósito para manipularte. Esto pasa mucho en la publicidad, y tal vez no es de mucha importancia si te manipulan para que compres una coca cola en lugar de una pepsi, pero la lógica manipulativa también puede usarse en contextos más importantes, como en una corte de justicia. Escritores respetables procuran ser lógicos y tienen editores y asistentes que les ayudan para asegurarse que así sea.
En realidad es mucho más probable que encuentres errores lógicos en los rincones oscuros de tu mente que en cualquier otro lugar. A diferencia de los escritores profesionales, nuestros pensamientos con errores lógicos pueden invadir nuestra mente sin ningún editor ni asistente que nos ayude a descubrirlos. Estos pensamientos son una amenaza. Nos llevan a tomar actitudes y decisiones incorrectas. Impiden nuestra habilidad de pensar claramente. Es posible, sin embargo, el desarrollar el hábito mental de checar tu propia lógica, así como la lógica de otros. A esto se le llama pensamiento crítico.
Las personas a veces suponen que el término pensador crítico aplica a cualquiera que le gusta criticar a los demás. En particular, grupos no conformistas y organizaciones políticas radicales que critican al gobierno u otros aspectos de la sociedad con frecuencia se llaman así mismos pensadores críticos. Puede que lo sean o tal vez no, dependiendo de cómo realizan dicho criticismo. El verdadero pensamiento crítico es sobre usar buena lógica. Al aprender los principios básicos de la buena lógica, serás menos propenso a ser engañado por lógica defectuosa y serás capaz de desarrollar posiciones inteligentes sobre temas importantes.
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